25 de octubre de 2017

En el sector del Libro (V) Luis Felipe Alegre

He interrumpido esta serie durante casi dos meses, porque no se puede estar en todo. Me debo al escenario y la preparación de las funciones -sobre todo si son distintas cada vez- me obliga a  concentrarme en el trabajo del que vivo. Así que ahora sigo  hablando de libros que han tenido o tienen que ver con el trabajo de El Silbo Vulnerado, o con mi vida.

BIBLIOGRAFÍA PASIVA

Con frecuencia se mezclan referencias mías con las de El Silbo. En un centenar de libros se habla de nuestros trabajos, o de curiosidades sobre mi persona. Reseño algunos:

Noches de BV80, del pintor José Mª Blasco Valtueña (Libros del Innombrable, Zaragoza, 2010) con diseño de Marisa Lanuza. Más de mil páginas con letra de 10 puntos, que no se lee en un día. Es un libro golfo, es decir, Valtueña habla de su bar BV80, incluidas las escabrosidades propias de la bohemia. Como el bar era un café teatro, el relato nos salpica a todo tipo de artistas, zaragozanos en su mayoría, que anduvimos por ahí entre 1981 y 1985. Una guía imprescindible para tomar el pulso artístico de la ciudad en esos años y, por lo que allí se gestó, en los sucesivos.

 Daniel Gascón recrea en Entresuelo (Mondadori, Barcelona, 2013) la vida en casa de sus abuelos, cercana a la de mi familia, que tenía las ventanas a pie de calle porque era un entresuelo. Parte de los recuerdos de Gascón tienen como protagonista a su padre, y por allí aparecemos sus primeros amigos en la ciudad. Cuenta cosas que ya no recordaba… ¡Oh, la memoria de uno –que no es de uno! O como decía Borges “El pasado es arcilla que el presente / labra a su antojo. Interminablemente”

 
Luis Arizaleta, en Circunvalación (Octaedro, Barcelona, 2009) me retrata junto a los colegas Estrella Ortiz, Tim Bowley y Rai Bueno: “Cuatro voces europeas resuenan como portadoras de gran elocuencia…” (1)
Circunvalación es un tratado de educación literaria y habla también de los narradores orales como recurso motivador.


La periodista Ana Rioja recorre los primeros 25 años del Teatro Arbolé en Sueños, títeres y corazones (Librititeros, 2004). Dado que El Silbo tuvo una época de crecimiento pareja con la compañía de Iñaqui Juárez, la presencia de Goyo, Carmen, Lou y la mía es habitual en algunos capítulos. De especial interés, el recuerdo de las cuatro ediciones de Más o menos Juglares.


Pan de lectura (Gobierno de Aragón, 2011). La profesora Merche Caballud coordina los capítulos de varios autores en torno a lo expresado en el subtítulo: Sugerencias para un plan de lectura, escritura y expresión oral.
Merche, que tantas veces nos llevó al instituto de Fraga, escribe, con perfecto conocimiento de causa, una prosa poética en torno a nuestro trabajo con los estudiantes.


Singular Lake A Bird; The art of Nancy Morejón, de  Miriam De Costa-Willis, (ed. Howard University Press, Washington D.C., 1999). De Costa-Willis presenta a la poeta cubana en todas sus facetas: poesía, ensayo, dibujos…
Nuestra aparición en este libro tiene, principalmente, relación con el poema dramático de Nancy Morejón Pierrot y la luna. Una parte del poema había sido musicado por Marta Valdés y lo interpretaban en su repertorio Gema Corredera y Pavel Urquiza. Nancy y yo queríamos montarlo en algún escenario abierto y visitamos varios en La Habana y en España. Una noche encontramos ideal el monte que, en Jaulín, estaba Enrique Gastón convirtiendo en anfiteatro natural. Y de eso se habla en el libro.

No hay una gran bibliografía en torno al teatro en Aragón, pero entre los estudios publicados por Jesús Rubio, Antón Castro y Adolfo Ayuso se puede sopesar su evolución en estas últimas décadas.

Teatro universitario en Zaragoza (1939-1999), coordinado por Jesús Rubio Jiménez, editado por Prensas Universitarias en 1999, es un libro voluminoso que recoge el acontecer teatral zaragozano, no solo universitario, desde posguerra hasta final de siglo. De nuestros montajes se presta especial atención a los Entremeses del Siglo de Oro (2), comentados por Alberto Castilla, que dirigió la obra, con profusión de fotografías y diseños de vestuario. De otros trabajos de El Silbo escriben Patricia Almárcegui y Jesús Rubio Jiménez.


En El contorno del abismo –Vida y leyenda de Leopoldo María Panero- (Tusquets, Barcelona,  1999), J. Benito Fernández dedica varias páginas de la minuciosa biografía a la estancia de Leopoldo en Zaragoza con motivo del estreno de nuestro Más margen, malditos! (3)

Benito recoge una carta que me envía el poeta, habla del montaje y se explaya en sucesos poco literarios de aquellas semanas, que no sé quién le contaría.



Zaragoza rebelde –Movimientos sociales y antagonismos, 1975/2000 es un libro coral (zgz rebelde, Zaragoza, 2009) que se complementó con una exposición con muy diversos materiales, algunos provenientes de nuestros archivos, en el Centro de Historias. Helena Santolaya, hablando de sus bares, recuerda vivencias compartidas en el Sopa de Letras. (4)




Prosas encontradas de Leopoldo María Panero (Visor, Madrid, 2014). Una recopilación imprescindible, realizada por Fernando Antón, de artículos (ABC, Egin) de Leopoldo. Con apéndice de otros autores "enfrentados" (Carnero, Batlló, Haro Ibars, Valente), y varios escritos inéditos. Incluye otra carta sobre nuestro Más margen, malditos! y el texto que escribió para el programa del espectáculo: “Ante la rebelión de los estudiantes”.
Ya lo he dicho: imprescindible.



Para un público menor, de Adolfo Ayuso (Centro Dramático de Aragón, Zaragoza, 2007). El libro recorre 50 años de teatro para niños en Aragón. Pero Ayuso no se limita al teatro de texto y marionetas, sino que abarca teatro de sombras, circo, musicales, etc.
Por sus páginas aparecen prácticamente todos los amigos de esta casa. Especial interés tiene el recuerdo de Héctor Grillo, que abanderó hacia 1980 una nueva forma de entender el teatro para niños.

¿Poesía visual en Aragón? Coordinado por Gil-Perún (Espacio In-Cógnito, Zaragoza, 2014). El libro servía también como catálogo de una exposición recopilatoria de artistas conceptuales aragoneses de hoy. En el prólogo, Gustavo Vega daba noticia de la exposición de poesía visual que durante años hemos llevado por los institutos españoles.

Memoria [amarga] de mí, de Ramón García Mateos (Silva Editorial, Tarragona, 2006). Libro que habla de literatura, educación y juglaresca. García Mateos hace un exhaustivo recorrido por las relaciones establecidas en Cuba durante  el Festival Hispano-Cubano de 1997,  organizado por El Silbo con instituciones cubanas.
En su recuento como concejal de Cultura y Educación de Cambrils, hablando del seminario Memoria y Voz relata una conmovedora anécdota del juglar catalán Jaume Arnella, cuando yo mostraba un vídeo de Chicho Sánchez Ferlosio recitando a García Calvo.

El paseo en bicicleta de Antón Castro (Olifante, 2011). Libro de prosas poéticas. Me dedica una de ellas, “El rapsoda”, donde evoca nuestras aventuras literarias y amorosas de juventud.
En El álbum del solitario (Destino, Barcelona, 1999; Planeta de Agostini, Barcelona, 2000) Antón hace gala de su portentosa memoria y su capacidad para enhebrar vivencias de Arteixo con situaciones distantes en tiempo y espacio. Aquí aparecemos con nuestros amigos en el citado festival de Cuba.
Antón me ha dedicado muchas páginas en la prensa y en sus libros. Alguna vez he llegado a pensar que yo soy un personaje inventado por él.

(Continuará)


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NOTAS

1. Me halaga Arizaleta con esta presentación: “Luis Felipe Alegre (Zaragoza, 1956) es bululú, actor de compañía, además de director de escena; con El Silbo Vulnerado y en solitario recorre escenarios de medio mundo. Su repertorio es tan amplio como profunda su capacidad para interiorizar a los poetas de un modo tal que el público aplaude en su persona a los creadores de los versos”.

2. Lo hicimos en coproducción con Tántalo y la Universidad de Zaragoza:
Loa, de Agustín de Rojas; Pasos, de Lope de Rueda; La elección de los alcaldes de Daganzo, de Miguel de Cervantes; El triunfo de los coches, de Gaspar de Barrionuevo. Dirección: Alberto Castilla. Dirección musical: Adolfo Osta. Escenografía para Loa y Pasos: Francisco García Torcal. Escenografía para La elección de los alcaldes de Daganzo: Justo Núñez y Francisco Meléndez. Escenografía para El triunfo de los coches: Germán Díez. Vestuario: Aurea Plou. Música: Joaquín Díaz y Adolfo Osta. Coreografía: Ana Continente. Iluminación: Javier Anós y Chema Laurenti. Utilera: Raquel Arellano. Intérpretes: Cristián Casares, Jorge Doménech, Javier Aranda, Adolfo Osta, Inmaculada Carné, Guadalupe Espinar, Ana María Valero, Ana Lucía Pardo Pérez, Manuel Gutiérrez, Koldo Asensio, Iñaqui Juárez, Pablo Buisán, Sergio Sanz, Luis Felipe Alegre, José Luis Esteban, Elena Gómez y Eva Cebolla. Estreno: 18 de enero de 1995 en el Teatro Principal de Zaragoza.


3. Más margen, malditos! Tres poetas de hoy: Ángel Guinda, Ramón Irigoyen y Leopoldo María Panero. Estrenado en febrero de 1987 en el Teatro del Mercado de Zaragoza. Música: Goyo Maestro. Cantante: Carmen Orte. Actores: Julián Martínez Cabrejas, Soledad Jiménez y Karlos Herrero; actor-recitador: Luis Felipe Alegre. Iluminación: José Casteltort. Escenografía: Karlos Herrero. Regiduría: Pilar Trillo. Dramaturgia y puesta en escena: Luis Felipe Alegre.
El montaje tuvo una segunda versión en Buenos Aires, donde Carmen y yo formamos compañía con  Jorge Camprazano, Mirta Grillo, Jorge Laguzzi y Marcelo Reyes. Los tres poetas estaban inéditos en Argentina, pero poco después Carlos Vitale editó allí el texto de Guinda: El almendro amargo (Ediciones El rayo que no cesa, Buenos Aires, 1989), con reseña del propio Vitale: "En el otoño argentino de 1989, dentro del ciclo Lengua Sucia, El Silbo Vulnerado presentó El almendro amargo en el Centro Cultural Rector Ricardo Rojas de Buenos Aires, con el patrocinio de su Universidad; así como en Perú y Bolivia, causando la más honda y estremecedora impresión en los tres países latinoamericanos". 

4. Cuenta Santolaya: “Se abrió en abril de 1995 y sobrevivió hasta 1999. Era un espacio mínimo en el que cabía todo: la música, el cine, la palabra… “Solo de letras. Quince minutos de poesía con Luis Felipe Alegre”, decía un cartel amarillo. Y todos los miércoles, Luis Felipe ponía su generosa voz al servicio de la poesía y de nuestros oídos. Preparábamos esos quince minutos con tanto mimo y entusiasmo como si se hubiera tratado de un estreno en el Teatro Principal. Confeccionábamos poemas-servilleta y toda clase de poemas-objeto. Ofrecíamos, elaborada con la insuperable receta de Fernando Dolado, sopa de letras caliente que alimentó estómagos tan ilustrados como los de Nancy Morejón, Javier Sádaba, Carlos Grassa, nuestro inclasificable Pedro Savirón o Leopoldo María Panero (poeta que ya había dejado su poso de cordura en el Monaguillo)”. 







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