30 de abril de 2018

Rafael Esteban

Rafael. 2011. Foto Manuel Medrano


Rafael nació en Daroca. En la década de 1960, estudió en el Instituto Ibáñez Marín de Teruel, donde cimentó aficiones artísticas, especialmente por la tramoya teatral. Años en que los cantantes melódicos del mundo escribían canciones con nombre de mujer. Luego estudió más cosas que no sé si llego a ejercer; recuerdo lejanas conversaciones en torno a la criminología y la psicología, por ahí debió andar su interés durante algún tiempo. Sufrió  golpes de la vida que no desearía a nadie. Se reinventó.
Trabajó como empresario en la rehabilitación de edificios. 

Hace unos 20 años comenzó a colaborar con Dionisio Sánchez. Su vinculación a la revista elpollourbano y sus alrededores fue muy fecunda: reportajes, fotografía, vídeo, y, especialmente, la crítica taurina, pues era aficionado vehemente.

Con respecto a nuestro Silbo,  puedo decir que nos ayudó mucho. No tenía ningún inconveniente en desplazarse donde hiciera falta si había que grabar un espectáculo; si podía, nos sacaba de alguna urgencia, como proteger nuestras escenografías amenazadas por la crisis. Ante todo, amigo, más allá de los diferencias del pensamiento. Compartimos el amor a la literatura de Galdós y a la poesía recitada. Fue el primero en llamarme Luisfi.

Durante unos 10 años estuvimos produciendo una suerte de Cabaret que lo mismo servía para entregar premios que para hacer reivindicaciones. Formábamos un trío indisoluble: él como regidor, yo como presentador, y  Dionisio como director. Tres hijos del Plata y del viejo Oasis, amantes de las varietés y admiradores de las buenas vedettes.

En el libro Juglaresca  (Gara d'Edizions, 2016) se recoge esta foto en el capitulo dedicado al año 2001:

 Rafael murió en diciembre pasado. Dionisio escribió una conmovedora despedida. 

Ay!


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